martes, 21 de abril de 2009

Italo Calvino

La alopecia es, según el diccionario de la RAE, la "caída o pérdida patológica del pelo". Esto que en la primera lectura podría parecer una enfermedad física más, que para nadie debería ser causa de vergüenza ni de depresión ni mucho menos de obsesión, como mucho de cierto malestar hasta que el cuerpo se acostumbra, parece ser una de las principales obsesiones de los hombres que la empiezan a sufrir antes de cumplir los 30.


¿Por qué?


Por lo visto, el pelo es uno de los principales atractivos físicos que tenemos los hombres. O eso es cierto, o no puede explicarse la obsesión que sufren casi siempre los que sufren esta patología a una edad más bien temprana. Porque, realmente, ¿para qué sirve el pelo? ¿Para ser más guapos? Porque yo desde luego, si tuviera que follar por tener un pelo bonito, iba dado... Por otra parte, ¿quién puede negar el éxito sexual de estos hombres visiblemente calvos?








Entonces, ¿qué es lo que nos vuelve tan locos por perder el pelo? ¿Que nosotros sí vamos a ser feos cuando lo perdamos, y otros no? Desde luego, si vivimos obsesionados con perderlo, entonces seguro que nos veremos mucho más feos, y por lo tanto seremos mucho más feos. Pero ¿cuántos hombres afeitados siguen manteniendo su atractivo mucho más allá de cumplir los 30? El que es guapo, es guapo con pelo y sin pelo (a menos que su obsesión le lleve a puntos realmente peligrosos como el bisoñé, peluquín, cortinilla Anasagasti u otras abominaciones análogas), y el que es atractivo para las mujeres, casi nunca lo va a ser por tener un pelo bonito.

Siempre he mantenido ante este asunto la posición de la DIGNIDAD, la de aceptarnos a nosotros mismos como la naturaleza quiera que seamos. El que está escribiendo aquí sabe que va a ser calvo, probablemente antes de los 30, no tengo escapatoria genética, ¿y qué? Peor sería ser impotente, coger el SIDA o hacerme afiliado del Partido Carlista. Así sí que no iba a follar ni a la de tres... Pero, con pelo o sin pelo, hay que asumir lo que nuestro cuerpo nos da con DIGNIDAD. Porque nos hará sentirnos seguros, porque nos daremos cuenta de que el pelo en la cabeza es una millonésima parte de todo lo que somos y lo que tenemos, y porque todos sabemos que la confianza en uno mismo es la clave para el éxito sexual, social, laboral... el que sea.

Seamos siempre dignos, mantengamos siempre la confianza en lo guapos que somos diga lo que diga nuestro cuerpo, y si hay que preocuparse de algo que pueda dejar de funcionar con la edad, no es la cabeza de arriba la que tiene que preocuparnos. Es la única forma de que lo que no tiene solución ni barata ni no-traumática, no nos afecte lo más mínimo para triunfar en la vida.




Dedicado a todos los futuros calvinis que estén preocupados por una patología que no pueden remediar sin gastarse una pasta o hacerse sangrientas operaciones en la cabeza.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

"Peor sería ser impotente, coger el SIDA o hacerme afiliado del Partido Carlista"

Oye guapo, yo soy un acérrimo simpatizante del viejo carlismo, Dios-Patria-Rey-Ley vieja, y cada vez que vamos de romería a Montejurra y una vez echados 4 chiquitos nos ponemos hasta la boina de refrotar con las Itxibes y cantar el Oriamendi.

Anónimo dijo...

Este blog cada dia mola mas.

Viva el rey

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