Garota de Johannesberg

- Ave María Purísima. Me llamo Sebastián Bado y tengo un problema.

- (Todos)Sin pecado concebida. ¡Hola Sebastián!

- Esta tarde, cuando volvía a casa de la Handelshogskolan, he tenido malos pensamientos. Acababa de dejar el tranvía, estaba subiendo la puta cuesta de Kyrka y, al llegar al Willys, he visto algo que roto me ha. Sujetaba una bolsa del Sytembolaget (o sea que le va la party), llevaba un vestido gris de punto, leotardos negros y unas bailarinas. En otras palabras: nada más alcanzar la cima del repecho me he topado de repente con la imagen del cielo, todo lo que me contaron en el colegio acerca de que Dios está entre nosotros era cierto. Hoy el Altísimo se me ha materializado en forma de una cara nórdica perfecta, una melena rubia y sedosa, unas nalgas perfectamente marcadas por el vestido y unos senos propios del clasicismo griego. Hoy, amigos, he visto el cielo.

Me he limitado a seguirla, pues llevaba la misma dirección que yo, y...¡tachán1 ha entrado en Olof. Una vez en el complejo residencial olofsiano ha tomado una dirección distinta al ciento trece (donde habita un servidor), he procedido a seguir a sus helénicos glúteos, aunque estos me internaban en el área de los números trescientos y pico. Haciendo gala del ingenio propio del Valle del Ebro he llamado a un amigo con una excusa estúpida, he hablado bien fuerte en español y la estratagema ha surtido efecto: se ha girado y ha sonreído, sabe que soy spaniard (no os he dicho que hoy llevaba la camisa azul con rayas verdes que, todo hay que decirlo, me queda de puta madre). Ahora viene lo triste: mancillando la nacionalidad que en mi ID muestro a los porteros de bares y garitos de Goteborg no he tenido los enough testículos para rezar, es decir, dirigirme a Dios. Por lo menos se en que portal vive. Esta ha sido mi historia.

PD: ¿cómo va el despliegue táctico de tropas de ladoblememata por el Viejo Continente?